Tras los disparos, el ministerio chino de Relaciones Exteriores llamó a todas las partes a abstenerse de cualquier acción que aumente las tensiones.

Los disparos norcoreanos se produjeron apenas unas horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera nuevas sanciones contra Pyongyang a raíz de sus últimos ensayos nuclear y balístico.

La resolución, presentada por Estados Unidos, fue adoptada por unanimidad, incluido por China, aliada del régimen norcoreano.

El presidente estadounidense Barack Obama consideró la decisión como una respuesta «firme, unida y apropiada» al ensayo nuclear –el cuarto desde 2006– y a otro de misil realizados el 6 de enero y el 7 de febrero, respectivamente, en violación de las resoluciones de la ONU.

«La comunidad internacional, que se expresó con una voz única, envió a Pyongyang un mensaje simple: Corea del Norte debe abandonar estos programas peligrosos y elegir un mejor camino para su pueblo», agregó Obama.

Estas sanciones «están entre las más duras jamás adoptadas contra un país», destacó el embajador británico, Matthew Rycroft.

El embajador chino Liu Jieyi estimó que la resolución debía ser «un punto de partida» para retomar las negociaciones sobre el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano, actualmente en punto muerto.